La primera está abocada a la plantación de 130 árboles en ramblas nuevas y donde falta vegetación. La especie es Acer Burgerano, un árbol de mediana estatura, que permite trabajar tanto en lo ornamental como en lo ambiental. Los árboles pueden mejorar la calidad del aire, haciendo de las ciudades lugares más saludables para vivir.
En este sentido, el árbol elegido es beneficioso desde el punto de vista estético y contribuye desde el paisaje urbano a atraer turismo y negocios.
Por otra parte, desde el punto de vista del cuidado ambiental se encuentran los siguientes beneficios:
Son excelentes filtros para contaminantes urbanos y partículas finas. Absorben gases contaminantes como monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, ozono y óxidos de sulfuro. También filtran partículas finas como polvo, suciedad o humo del aire atrapándolos sobre las hojas y la corteza.
Aumenta de la biodiversidad urbana, proporcionando a las plantas y animales un hábitat, alimento y protección.
Ayuda a enfriar el aire entre 2 y 8 grados Celsius, reduciendo así el efecto de “isla de calor” urbano, una acumulación de calor dada por los materiales de construcción que son absorbentes.
Los espacios verdes urbanos mejoran la salud física y mental, por ejemplo disminuyendo la tensión arterial alta y el estrés. Esto, a su vez, contribuye al bienestar de las comunidades urbanas.
regulan el flujo del agua y desempeñan un papel clave en la prevención de inundaciones y en la reducción de riesgos de desastres naturales.