Jóvenes en Trama y sus familias realizan mensualmente clases de biodanza. La integración de personas allegadas a los jóvenes permite, a través de elementos de la música como el sonido, el ritmo, la melodía y la armonía, satisfacer necesidades emocionales, sociales y cognitivas.
 
 
 
Las clases de Biodanza facilitan la expansión de conciencia a través de una danza integradora con una metodología vivencial que permite el desarrollo de habilidades personales. La autoeficacia, la salud mental, la paz interior y el equilibrio emocional, la autonomía, la autoestima, la autoconfianza, el optimismo y positividad hacia el futuro y la vida en general son algunos de los efectos positivos de esta disciplina.
 
 
La biodanza conecta a las personas con ellas mismas, con los demás y con el entorno, recuperando así la alegría.
 
María del Carmen Pérez y Alicia Hipperdinger son las facilitadoras de estas jornadas que Jóvenes en Trama realizan junto a su familia.

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